Poblat Iber del Puig de la Nau

3. Estructura urbanística y arquitectónica

16/10/2008

LA ESTRUCTURA URBANÍSTICA I ARQUITECTÓNICA

En nuestra visita vamos a ver uno de los asentamientos ibéricos mejor conservados, que tal y como hemos comentado, pertenece a la segunda mitad del siglo V a.C., se construye hacia el 450 a.C., y fue abandonado a principios del siglo IV a.C. Se trata de un poblado fortificado, es decir, defendido por una muralla y sus correspondientes torres, aunque la destrucción que produjo la cantera prácticamente la ha hecho desaparecer, quedando tan solo la parte situada en el extremo oeste.

El lugar que ocupa el poblado se encuentra en la ladera, aprovechando alguna zona más llana, y escalonando artificialmente las partes que presentaban pendientes pronunciadas. El asentamiento se construyó marcando primero con la muralla el perímetro a ocupar, y a partir de ella se trazan los principales ejes viarios, tomando como referencia las esquinas de la muralla o los centros de las torres. Las calles se encuentran separadas 14 metros cada una de ellas, lo que indica que hay un planteamiento previo a la hora de estructurar el urbanismo, y por tanto, se necesita la dirección de una persona cualificada para dirigir el desarrollo urbano. La construcción del poblado se realiza de una sola vez, y a lo largo de los aproximadamente cincuenta años en que se encuentra activo apenas sufre algunas variaciones. La extensión ocupada por el poblado resulta difícil de cuantificar ya que gran parte ha sido destruido por la cantera, pero es de esperar, por los datos obtenidos, que ocuparía alrededor de unos siete mil metros cuadrados, no llegando a la hectárea de superficie. Dentro del recinto cercado por la muralla hay un entramado de calles estrechas y en algunos casos con escalones, lo que impide la circulación con animales o con cualquier tipo de carro, por tanto, toda la circulación que habría sería a pie. La roca natural o la tierra apisonada formaba el firme de las calles, que a la vez de zona de circulación y comunicación entre las diferentes partes del poblado y sus edificios, serviría para desaguar en caso de lluvia, aunque no se sabe si ésta la sacarían fuera de las murallas mediante los correspondientes desagües como se ha comprobado en algún poblado ibérico, o bien se aprovecharía canalizándose hacia una cisterna, lo que también está documentado en la arqueología ibérica.

Las calles dividirían las diferentes manzanas en donde se aglomeraban las edificaciones, las cuales parten de un planteamiento rectangular, lo que ya indica una racionalización del espacio urbano, y por tanto vuelve a denunciar un urbanismo evolucionado y complejo. La construcción de las casas se realizaría con mampostería, aprovechando las piedras del entorno inmediato al poblado. Prácticamente la mayoría de las paredes y en su totalidad se construirían con esta técnica, pero en algunas ocasiones la mampostería serviría de base o zócalo, para continuar la pared con adobe o barro. Lo más destacable de la arquitectura del Puig de la Nau es la presencia de dos alturas, las cuales estarían unidas por escaleras de mampostería, de madera, o se accedería a la parte superior aprovechando los desniveles del terreno. Las paredes se enlucirían o se encalarían, e incluso en algunas ocasiones se podían pintar de colores rojos o amarillos, formando bandas. La techumbre de las edificaciones se realiza mediante el establecimiento de un envigado de madera, sobre el que se situaba un encañizado o enramado, para terminar la cubierta con una capa de barro que impermeabilizaba y aislaba de las inclemencias. La cubierta sería plana, ligeramente inclinada para evacuar hacia la calle el agua de lluvia. Las casas tendrían una compartimentación interior con diferentes estancias, algunas de las cuales presentan hogares en el centro. Hay varios tipos de distribución, así existen edificios de una sola habitación, otros de dos, otros de tres o más. En ocasiones las habitaciones se encuentran dispuestas en altura, en otras las habitaciones no tienen comunicación directa si no es la propia calle.

Los utensilios localizados, la distribución de los hallazgos dentro de las edificaciones, así como los diversos datos ofrecidos por el registro arqueológico, proporcionan información respecto a la funcionalidad de la edificación, hay viviendas, con habitaciones que presentan usos diferenciados (descanso, almacén, producción), existen edificios para el almacenaje y la producción, edificios destinados al culto religioso, edificios para la vivienda del jerarca y el gobierno del poblado.

Un espacio complejo y de gran interés ha sido el defensivo, es decir el que presenta la muralla, compuesta por el propio lienzo construido con mampostería, con antepechos con la misma técnica constructiva. La muralla se refuerza con torres en las esquinas o en los puntos de mayor interés estratégico. Delante de esta estructura hay otro muro que conforma la antemuralla, la cual tenía como función el impedir que se acercasen maquinaria de guerra a las murallas y pudiesen realizar un asalto, cosa difícil si tenemos en cuenta el entorno en el que se encontraba el poblado. También servía esta muralla para crear un pasillo que obligase al asaltante o al que entraba a la población, a seguir un recorrido angosto, el cual era fácil de vigilar durante todo su trecho, y a la vez resultaba difícil actuar como atacante en él. Delante de la puerta que daba acceso a la población, un estrecho vano de 0’90 metros de anchura, situada en un recodo de la muralla, lo que permitía una defensa fácil, se encontraba el cuerpo de guardia, que a la vez serviría para vigilar y defender la vivienda principal del poblado, en donde seguramente habitaría el jerarca, ya que se encuentra junto a él.

(El Puig de la Nau – Benicarló- Visita d'un jaciment. Arturo Oliver Foix)