Convent de Sant Francesc

6.Otras Utilidades

10/08/2011

Otros episodios de la historia del Convento:

Los franciscanos del Convento de San Francisco tuvieron que abandonar el convento en dos ocasiones;

La primera de ellas durante el transcurso de la Guerra de la Independencia, a principios del siglo XIX, cuando las tropas napoleónicas fortificaron el Convento y lo utilizaron para retener en él acomodados rehenes de las poblaciones cercanas.

Posteriormente, en 1814, retornaron los franciscanos. En este momento ja se perdió una buena parte de la documentación del Convento. La situación de los frailes era grave, tanto por la parte económica como par la pérdida de la influencia espiritual.

El segundo, posteriormente, con la desamortización de Mendizábal, en el 1835. Como consecuencia de esta Ley, los conventos con menos 12 religiosos debían ser abandonados. Este hecho ocasionó que en el 1837 desapareciera de manera definitiva esta orden en Benicarló y muchos de los franciscanos fueron destinados a ser sacerdotes de las parroquias más cercanas.

Aún con la desamortización de Mendizábal, la iglesia siguió abierta al culto hasta principios del siglo XX, ofreciéndose la Santa Misa para los feligreses del entorno, bajo la administración del Párroco de San Bartolomé.

Escuelas públicas, la Casa de la Educación, desde 1843 hasta 1919.

En 1841 el Ayuntamiento de Benicarló solicitó al gobierno español el edificio del Convento para destinarlo a “Casa de la Educación”, dado que durante la Guerra de los Siete años, los Carlistas destruyeron el edificio de las escuelas, situado en la plaza de la Iglesia de San Bartolomé. El edificio iba a destinarse para las escuelas de instrucción primaria tanto de niños como de niñas, aunque recibían una educación por separado.

En 1843, el edificio pasó de forma gratuita a ser propiedad municipal, excepto la huerta que fue subastada. Se realizaron las obras de acondicionamiento y finalizadas las obras, Don Joaquín Ripollés, maestro de instrucción primaria de Benicarló, trasladó los alumnos al edificio del Convento.

El edificio fue remodelado para acoger las escuelas públicas de grado elemental, donde habían 160 niños. Los maestros vivían en el mismo edificio con su familia.

También estaba instalada la Escuela de Niñas de Calceta, de la que era maestra Doña Josefa Bisbal y la Escuela de bordar y coser, siendo la maestra Doña Teresa Arnau.

A los ciudadanos de Benicarló no les hacía mucha gracia la distancia que representaba para los alumnos, pero solucionaba provisionalmente el problema del edificio escolar. En más de una ocasión se apuntó la posibilidad de destruir el edificio y aprovechar toda la madera y los beneficios de su venta, para construir una nueva escuela más cercana al casco urbano.

Pero la escuela de educación primaria permaneció abierta hasta principios del siglo XX, cuando los alumnos fueron trasladados a la antigua Casa Palacio del Conde de Creixell, que estuvo habilitada como escuela pública hasta la construcción del actual colegio Marqués de Benicarló.

Hospital de la caridad provisional

De forma provisional se utilizó el edificio del Convento como Hospital de la Caridad, acogiendo a los pobres debido a la epidemia del Cólera de 1885, pasando a ser la Ermita de San Gregorio el lugar en funciones donde se acogían a los afectados por el cólera una vez eran diagnosticados en el Convento. Esta enfermedad resultó una pandemia para Benicarló, muriendo 222 personas en tan solo dos meses

Por tal de prevenir los contagios, el edificio del Convento se habilitó provisionalmente como un lugar de observación, cerrando las escuelas durante este periodo.

A finales del siglo XIX se constituyó el nuevo Santo Hospital o Asilo Municipal, en el lugar donde hoy en día se sitúa el Casal Municipal.

Caserna o Cuartel de la Guardia Civil ( de 1923 hasta 1973)

El Ayuntamiento de Benicarló ofreció a la Guardia Civil el antiguo edificio del Convento como caserna. Desde 1921 las escuelas estaban clausuradas, como consecuencia de la falta de condiciones higiénicas en que se encontraba el edificio, así que el Comandante de la Guardia Civil aceptó la oferta, pero se hicieron obras de adaptación y remodelación para acomodar a las familias de los guardias que tenían que vivir allí. Se instalaron el año 1923 y permanecieron durante 50 años. Las salas alargadas perpendiculares a la iglesia se destinaron a las habitaciones de los guardias, a las celdas, a las oficinas, mientras que el claustro y una dependencia sur del Convento era empleado como cuadra para alojar a la caballería y a los animales.

Almacén, sala de cine y catequesis

Posteriormente el edificio fue utilizado parcialmente como edificio municipal y almacén. Por la puerta de la iglesia se accedía dentro, donde la parroquia de San Bartolomé organizaba la catequesis y el cine juvenil todos los domingos y festivos.

Monumento Histórico Artístico

En 1982 fue incoado el expediente para declarar el edificio Bien de Interés Cultural (BIC), pero no ha sido declarado hasta que el pasado 5 de octubre de 2007 se publicó el Decreto 169/2007, de 28 de septiembre, del Consell, por el cual se incluyó en la Sección Primera del Inventario General del Patrimonio Cultural Valenciano.