Església de Sant Bartomeu

4.Cripta

18/08/2011

Los cementerios juntos a los muros de las iglesias y los enterramientos en el interior de las mismas fueron muy comunes hasta el siglo pasada, pero por razones higiénicas se abandonaron estas prácticas. El templo se abrió al culto para sustituir al antiguo, dedicado también al Santo Patrón de Benicarló.

Los altares y las capillas laterales fueron construidos poco a poco, muchas veces a expensas de donaciones privadas de las familias de Benicarló, que tenían así su propia capilla y que incluso enterraban a sus difuntos en ellas. La gran mayoría de los entierros dentro de la iglesia se hicieron en tres grandes subterráneos llamados carneros, “vas” en valenciano (el vas de los eclesiásticos, el vas de Nuestra Señora del Rosario y el vas de las Almas o de la Virgen del Carmen) Según el registro había un total de 202 fallecidos enterrados en estos carneros.

Bajo el presbiterio se enterraba a los sacerdotes (vas de los eclesiásticos) que estaba llena de escombros debido a que la iglesia fue transformada en mercado de abastos en 1936, al principio de la Guerra Civil.

La cripta ha sido restaurada recientemente dotándola de una tapa levadiza que permite su visita. Es un recinto reducido y con techo abovedado, todo excavado en roca. Se accede por amplia escalera de 20 escalones que baja hasta los nichos construidos en ladrillo. Las pocas tumbas que quedan se apoyan en el suelo, pero por encima quedaban señales de que habían más. Según los libros de difuntos, se enterrando aquí 16 sacerdotes.

El vas del Roser se encuentra frente al altar de la Virgen del Rosario y el vas de la Animas frente al de la Virgen del Carmen. Tenían dos accesos subterráneos que fueron puestos al descubierto recientemente tras la renovación del pavimento.

Los dos compartimentos están unidos por un túnel y han servido de refugio contra los bombardeos en la Guerra Civil. Sabemos también que durante la Guerra de los 7 años la iglesia sirvió de fuerte defensivo, causando la admiración de los Carlistas, ya que enseguida se taponaban las brechas abiertas con sacos llenos de tierra que se sacaba de dentro de la iglesia. Esto nos hace pensar que los subterráneos construidos con anterioridad podrían haber sido modificados.

En el carnero de Nuestra Señora del Rosario aparecen enterradas en los registros 74 personas, y en el de las Animas 21. A partir de 1787 no se ha enterrado a nadie más en estos carneros, ya que se utilizaba el cementerio del Convento de San Francisco.

Volvieron a abrirse en 1813, tras el final de la Guerra de la Independencia, ya que al haberse enterrado a soldados franceses, se pensó que se había profanado el cementerio.